Si llegaran al Consejo Asesor de la Magistratura, cosa que se define en la elección del 9 de octubre, serían austeros: así se manifestaron la mayoría de las listas de abogados de la capital y del sur que pugnan por ocupar cuatro sillas (dos titulares y dos suplentes para cada jurisdicción). La palabra “austeridad” es la más recurrente entre quienes respondieron el cuestionario de LA GACETA: aparece de alguna manera en las respuestas de las fórmulas de Marcelo Fajre-Julieta Tejerizo; Diego Vals-Martín Tello y Judith Ibarra-Luciano Antezana. Fuera de esta coincidencia se mencionaron otros valores: honestidad e imaginación (Rodolfo Gilli-José Adle); transparencia (Jorge Conrado Martínez-Alfredo Falú) e independencia (Martín Robles Levin-Susana López).
Las restantes listas (Ricardo Maturana-Silvia Rivero; Rubén Zingale-Gabriel Álvarez y Marcelo Seidán-Marcelo Cifre) no enviaron sus contestaciones.
A la hora de elaborar un decálogo ético para la función para la que se postulan, Vals y Tello dijeron que iban a tener apertura hacia los requerimientos de la comunidad, entre otras manifestaciones. Fajre y Tejerizo resumieron el asunto con el compromiso de prestar un servicio a la sociedad y no de servirse de ella. Ibarra y Antezana se plantearon actuar con prudencia, fortaleza, “conciencia funcional”, decoro, buena fe, prudencia y diligencia, entre otros. Gilli y Adle elaboraron una lista en la que consta el trabajo, la inteligencia, la imaginación, la superación, el estudio “profundo” del problema y el amor por la función.
Martínez y Falú hablaron de dedicación, compromiso, experiencia, convicción, presencia, esfuerzo, diálogo, paciencia y equilibrio. Robles Levin y López consideraron que, más que enumerar principios, había que ser éticos en todos los sentidos de la palabra.